
Qué extraño puede terminar un día. Hoy se suponía que iba a ser un día normal, quizás más relajado que otros porque mi esposo no trabajaba, y por razones locas terminamos en Viña del Mar, paseándonos por la costanera...
Soy una convencida de que la vida que tengas te la haces tú, con pequeños retazos de momentos, pensamientos, acciones, que conforman el todo que es nuestra propia existencia. Si es buena o mala, cada uno dirá por qué. Lo que es yo, cada día estoy más agradecida del Padre Dios que me demuestra a cada momento cuánto me ama.