A esperar la vida

El tiempo transcurre diferente en invierno. Parece k todo, no sólo la naturaleza, se acurruca y esconde, esperando k los malos tiempos pasen...

Yo también estoy así. Refugiando mi corazón, esperando en silencio y quietud k el frío pase, k la desilusión pase, k los malos pensamientos pasen, para k pronto pueda renacer un nuevo ser, una nueva vida, llena de energía, llena de luz, llena de amor.

Porque siempre hay ocasión de enmendar los errores, de dejar atrás el pasado y darse una nueva oportunidad para nacer.

Espero por la vida.

Hogar, dulce hogar

He pasado unos días enferma, en mi hogar. He pasado por momentos complicados y que han implicado tomar decisiones serias. He estado muy sola y he estado muy acompañada.

No es mi intención develar tremendos secretos de mi vida, no creo que eso importe mucho, lo que quiero imprimir aquí es la sensación que estas situaciones han provocado.

Y ese algo es la sensación de hogar y de familia. Desde pequeña conocí familias no tradicionales, provengo de una así, y los lazos que se forjan en momentos difíciles, cuando hay amor verdadero, es algo que casi se puede tocar...

Estando en cama, viendo televisión, y ver a mi esposo pendiente de mí... conversando con él sobre estas situaciones complicadas, y verme reflejada en sus ojos... por tanto tiempo sentí este lugar ajeno, porque toda mi vida viví en otro hogar, y ahora pude darme cuenta que realmente es un hogar.
Porque un hogar no es el edificio ni solo sus moradores, es una combinación perfecta, pura, que se logra con ese ingrediente mágico llamado amor.
Gracias Padre Bueno por este regalo.