Afortunadamente, se acaba este año.
De los malos tiempos, este es uno de los que la lleva en mi vida. Qué manera de ser ingrato...
Pero ya se termina, y se acaba con una bella epifanía. La certeza completa y absoluta, ahora lo sé, ahora estoy segura... para allá me dirijo, encauzo mi energía (esa que guardo para lo que de verdad me importa en la vida).
Y en parte fue gracias a esa persona a la que jamás he visto, pero a la que le he contado tanto de mi esencia. Gracias, PLIS, de verdad.
De lo que ahora sé, para el otro año. Que se venga mejor.