
Eso pensaba yo mientras me dirigía con cierto desgano y velocidad límite al lugar de los hechos... esa oficina con nombre feíto, pensando en que habría una cola enorme y eterna, incluso contrariada por no haber llevado un libro para pasar las horas de tedio ahí en espera de atención... uff
Hasta que llegué... entré buscando dónde estaban los números de espera... uy en un mesón anuncian el documento que necesito... espero un minuto... el funcionario me atiende amablemente, me pide el carnet... mira su pantalla... y...
Me entrega el papel que necesito!!! no lo podía creer!!!
Para los que creen en la ley de Murphy...
Salí feliz. De una oficina burocrática. De un trámite fomísimo.