Fuera de bromas y chistes, con el pasar de estos años viviendo en esta casita, he logrado convencerme completamente de esta verdad. Acá vive un duende.
Un duende, como tal, es un ser no humano -un especimen extraño-, que no es el espíritu de una persona muerta sino eso... un duende!
Como leí una vez en un libro sobre el tema, estos seres especiales (parientes de las hadas y otras huifas del estilo), se acomodan en un lugar y hacen sus apariciones esporádicas. Aclaremos altiro que los duendes se presentan sólo de noche, y los hay con todo tipo de carácteres.
Al parecer este duende es uno tranquilo y bueno, que no quiere hacer daño sino simplemente juguetear con algunas cosillas por allí... cuento alguna de sus hazañas:
- Esconder las cosas y cambiarlas de lugar
- Tomar los juguetes de mis hijos
- Hacer sonar un juguete de mis hijos
- Lanzarme los calcetines de mi hijo
- Mover la cortina de la pieza
- Dejarme una liquidación de sueldo a la vista producto de mi comentario
COMENTARIOS
Las cosas que estoy contando son reales, no pretendo convencer a nadie de lo que ocurre acá, simplemente cuento que ya estoy convencida... de hecho hasta me da cosa escribir a estas horas nocturnas porque capaz que duende ande jugueteando y me haga OTRA bromita como la última...
Bueno, esta noche fui mas allá... le dejé un par de preguntas, sobre mi escritorio...
Temo que me responda, pero sé que está ahí.
Sustín. Y curiosidad. Será posible abrir esa puerta a esa otra dimensión?