Ya no me acuerdo y no quiero mirar atrás. La historia con esta música muy triste de este tremendo artista, cuenta que hace muchos muchos años la canté y recanté para demostrar y declarar en inglés -a quien no entendía nada de ese idioma- el amor no correspondido que me comía viva. Y cuadraba perfecto en mi desánimo, porque no había caso de haber vivido un mutuo amor.
Lamentablemente ese desamor se me pegó al autoestima y viví años siendo zombie. Creyendo que el castillo de la belleza y el amor solo se podía construir mediante una suerte de mezcla química, de la que yo ansiaba (en el papel) a ser parte, pero que por desgracias de la vida nunca podría integrar.
Tuve la suerte única de revisar este momento y este tiempo con el mismísimo protagonista muchos años después, me di la ocasión y oportunidad de reinventarme como ser humana y finalmente después de 20 mil vueltas al asunto pude descubrir que esa magia, ese amor, no estaba en ese otro que me despreció o lo que haya sido su intención hacer... esa magia SIEMPRE SIEMPRE SIEEEEEMPRE ESTUVO EN MÍ! La locura, el delirio, la pasión... todo ese cóctel emocional estuvo y está acá... (como Dorothy y su historia mágica del mago de Oz... uuu)
Me di cuenta que soy el mago, no el conejo...
Y que el instrumento con el que me derramé, con lo que me sentí tan identificada, la música tan triste, también fue y ES magia, que interpreta lo que un espíritu loco puede llegar a sentir, así como los rayos-luces-arcoiris-humos que emana esta loca alma. Que siempre vibra y vibrará con alguna hermosa melodía.