Pasé casi dos semanas siendo un trapo, que no podía escapar de la fiebre y sus consecuencias... No tenía energía ni para levantarme, y pude experimentar la abulia de enfrentar cada día sin ánimo para nada... pensando en todos los proyectos y SABER que mi cuerpo no iba a dar el ancho... le perdí las ganas a vivir, sólo porque las energías me alcanzaban apenas para respirar.
Entendí que cuando llega la hora, hay que simplemente dejarse ir.
Y ahora que volvieron las fuerzas, me pasé una noche completa trabajando para ponerme al día con los pendientes. Volví a tener ganas de maquillarme, peinarme, salir a la calle, seguir mis proyectos...
Di un abrazo fuerte y grande. Demostré mi inmenso cariño a una persona muy especial. Me alegré por tener la bendición de estar viva, de tener una familia hermosa, por estar sana nuevamente.
Di gracias a Dios, y pedí por otros como hace mucho tiempo no hacía.
Hasta que las fuerzas se agoten, a vivir y ser feliz!
PD: No tengo el menor afán de dejar de respirar! Pero a veces cuesta! y no es entretenido tener que recurrir a la clínica donde hasta los paramédicos te ubican y dicen "Yo a usted la he visto antes...".